La garra del león. Como nuestra escritura nos traiciona

Un día aparecen nuevos estudiantes en la clase de matemáticas y uno de ellos pregunta por las propiedades de la cicloide. A partir de esa pregunta Eder sospecha que el alumno recién llegado debe haber sido alumno de un amigo suyo. Aprovechando la pregunta del estudiante, Eder platica la historia del reto que Bernoulli lanzó a los mejores matemáticos de su época para que encontraran cuál era la curva que minimiza el tiempo para ir de un punto a otro (braquistócrona). El clima de la clase, sin embargo, es de tensión y es que resulta que los nuevos alumnos son en realidad agentes disfrazados que van a la escuela a desactivar una red de distribución de drogas, con la ayuda de Kevin. Cuando se descubre la verdadera identidad de los agentes, Eder confirma su sospecha de que el alumno recién llegado fue alumno de su amigo. “Se reconoce al león por sus garra”, dice. La misma frase que Bernoulli pronunció al conocer la respuesta anónima de Newton al problema de la braquistócrona.