Jardines del alma

Tal vez nada se aemeje tanto al alma femenina como un jardín.


* Cuando nuestra fe florece, somos un jardín en primavera.


* Cuando nuestra vida empieza a dar frutos, somos un jardín en verano.


* Cuando la aflicción marchita la alegría, llega el otoño a nustro jardín.


* Cuando abrumadas por el cansancio anhelamos descanso, es invierno en este jardín.


Al influjo del sol despieran los tallos dormidos y surgen los tulipanes; con la primvera se esparcen los aromas que celebran la vida... Así se revitaliza la fe, hasta que aparece el "Lirio de los valles", y esparce sus aromas de gozo y plenitud.


Jardines del alma es un vergel de vivencias personales con el divino jardinero, expuestas con la sencillez y la espontaneidad de las flores silvestres.


En un jardín hay diversidad de flores, pero las diversas autoras de este devocional tienen algo en común: su amor al Señor y que todas te invitan a disfrutar de las fragancias del evangelio mediante jirones de vida que inspiran a ser frangante flor del jardín celestial.


Nada mejor pues que comenzar cada mañana visitando rincones de estos Jardines del alma, con la esperanza de que produzca en ti frutos de inigualable belleza.