Navidades siniestras
Descripción editorial
La época decembrina está llena de alegrías y fiestas. La Navidad y los albores del año nuevo se celebran por todo lo alto; sin embargo, no todo es felicidad, el invierno es la estación más fría y la menos benévola. Esta dualidad entre la felicidad familiar y el clima más mortífero del año da pie al tema de esta nueva antología, cuyos relatos giran en torno al terror que se oculta detrás del solsticio de invierno pagano o la Navidad cristiana, empezando por la Nochebuena, donde por tradición comienzan los festejos navideños en los países de habla hispana.
Nuestros autores nos revelan las facetas más obscuras de las celebraciones y la temporada, tocando distintos géneros como la fantasía, la ciencia ficción, la comedia negra y el terror puro.
Si los romances de temporada no son lo tuyo, entonces Navidades siniestras te va a encantar.
Feliz Navidad, Miguel, por M.A. Álvarez
Una Natividad más en la soledad de un encierro protector, traerá un encuentro poco usual para Miguel.
La noche en que las luces no se apagaron, por Victor D. Manzo Ozeda
Una celebración más, pero este año hay un cambio extraño y sutil. ¿Quién sobrevivirá a esta luminosa noche de paz?
Yo te cuidaré, por Carla Rosales
La seguridad de lo conocido y de lo familiar toma un cariz espeluznante cuando quien nos protege haría cualquier cosa por mantenernos seguros y en casa.
Sé que va a ser una Navidad muy especial, por Angelique H. Saviñón
Una mujer cuyo valor la ha llevado a sobrevivirlo todo, espera atenta. Nada será igual después de esta Navidad especial.
La última fiesta de Nochebuena, por Yolanda Fernández Benito
La Nochebuena es para los niños un momento especial. Y los niños tienen derecho a festejarla, incluso cuando la obscuridad se introduce en la celebración.
Villancicos para el captor, por Andrés de Zamacona
El tradicional festejo, la familia reunida, una Navidad emblemática: la celebración perfecta. La felicidad es interminable.
La noche del solsticio, por Angelique H. Saviñón
Una historia amor que no se olvida y persiste, en particular durante la noche más larga del año.
En el Polo Norte nadie puede escuchar tus gritos, por B.D. Aguayo
Una guerra sin cuartel con las armas menos adecuadas, pero muy dulces, para salvaguardar una celebración indispensable. En el espacio, nadie puede oír tus gritos; en el Polo Norte, tampoco.