Trilogía sentimental
Tres novelas
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- $ 17.900,00
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Descripción editorial
Este libro es una trilogía sentimental por dos razones: la primera es que en él hay tres novelas –Un pasado para Micaela, La didáctica vida de Aníbal Grandas y Malena tiene pena, originalmente publicada como La hora de los cuerpos– en las que los sentimientos siempre revalorados y reinterpretados son los móviles desde los cuales todo ocurre y cada personaje tiene sentido; la segunda es que el amor no puede ser menos que una trilogía, es decir, en este libro hay amor porque no hay monogamia.
1. Un pasado para Micaela. A Micaela su abuela le empieza a contar, mientras le cose un vestido para la coronación del reinado de belleza, la historia de su vida, sin detenerse, como un largo monólogo en el que solo intervienen los amores del pasado y el Lago de los Cisnes y Nueva York y la violencia en el páramo colombiano de la infancia, como una autobiografía que no admite ser interrumpida ni siquiera por un punto aparte. Pareciera más bien que lo que cuenta estuviera dirigido a sí misma, como una forma de contarse a sí misma lo que ella y su pueblo natal fueron, o dirigida a su esposo, Lorenzo Quintana, como una forma de hablarse sin hablar, mientras él se gasta el tiempo escribiendo su propia historia y parece no estar al tanto de lo que pasa a su alrededor, ausente, como si no escuchara la vitrola que todas la mañanas trae la memoria que posiblemente pretende omitir.
2. La didáctica vida de Aníbal Grandas. La abuela de Micaela tuvo un hijo, no se sabe muy bien con quién. Es posible que hubiese sido con un cura, un soldado conservador o un arquitecto. Aníbal, el niño recién nacido, como seguramente es consecuencia de amores ilegítimos, es entregado a Peluchín, un trapecista, para que lo cuide. El niño, con un origen que a veces se confunde –es posible también que haya sido hijo de un domador de caballos–, vive aprendiendo de cada persona con la que se topa, con cada terca virginidad, con la mucama del Hotel Reina y la culebra pintada en su cuerpo, con las constelaciones que forman las estrellas o con la guerra inútil en los Llanos Orientales en la que terminan las amantes que lo traicionan.
3. Malena tiene pena de bandoneón porque no puede ser otra cosa más que un tango, es decir, le cuesta deshacerse de las palabras de su padre porque desde los cinco años necesitó a un hombre y tanteó y tuvo amigos imaginarios y buscó en el hermano el amor que en realidad buscaba en el padre (no importa en cuál, si en el de sangre o en el del deseo, son los mismos, son heterónimos, como lo son posiblemente un trapecista y un cura, un domador de caballos y un arquitecto).