Su Musa Curvilínea

Trey

Mi carrera musical iba exactamente como siempre había soñado. Un gran contrato, estadios enormes y una cuenta bancaria aún mayor. Tenía casi todo lo que quería. 

Todo, excepto una canción que hiciera que todos esos fans enloquecidos se rascaran aún más el bolsillo y me lanzaran algo más que sus bragas. 

Componer una canción nueva había resultado ser todo un desafío. Las palabras no salían. Ninguno de mis trucos funcionaba. Solo había un tipo que podía ayudarme, pero nadie sabía dónde encontrarlo. 

Mi única esperanza era su hija. 

Sofia

Todo era culpa de mi padre. Mi incapacidad para interpretar a la gente, mi falta de experiencia en el amor y la razón por la que había salido a cenar con un hombre que no iba a quedarse en mi pequeño pueblo. 

«Podemos empezar como amigos».

Era difícil resistirse a un hombre que me hacía sentir deseada. Que hacía que me sintiera vista. Aunque no fuera para siempre, de momento estaba ahí. Estaba soltero y dejó muy claro que me deseaba. 

Llegó el momento. Se inclinó hacia mí. Yo me incliné hacia él. Cerré los ojos y… 

Giró la cabeza. Evitó mi beso. 

Menuda idiota. Y todo era culpa de mi padre.