Despertar
Descripción editorial
Despertar
"Despertar" es una exploración poética de la conciencia humana, la autoconciencia y las complejidades de la percepción. La colección está estructurada en torno a una serie de poemas interconectados que examinan el despertar de la mente, el cuerpo y el espíritu. Explora cómo llegamos a comprendernos a nosotros mismos, al mundo que nos rodea y nuestro lugar en él. A través de imágenes vívidas y profundidad emocional, los poemas guían al lector a través de experiencias de realización, transformación y búsqueda continua de la verdad.
El despertar del soñador
(Ambientado en el Bosque Lleno de Espejos)
En este bosque de cristales y ecos,
Deambulo por caminos que sólo me conducen a mí mismo.
Cada paso—una ilusión, un brillo—
Una reflexión dividida por la luz de las medias verdades,
Persigo mi propia silueta
Y lo encuentro desmoronándose,
Dispersos por los vientos de la duda.
Los árboles de plata susurran secretos,
Sin embargo, sus voces se desvanecen antes de llegar a mis oídos.
¿Soy la ilusión?
¿O es el mundo?
Esta pregunta zumba como las alas de una polilla,
Acercándome a una llama que no puedo ver.
Me acerco,
Manos temblorosas en la bruma del amanecer,
Y toca el cristal frío
Un rostro me mira, no el mío, sino otro yo,
Despierto y observando
Desde el otro lado del sueño.
La soledad del buscador
(Ubicado en el sendero de montaña desierto)
He caminado por estas crestas de piedra y polvo,
Mis pies sangran verdades en la tierra,
Aún así, la cima se eleva más allá de mi vista,
El cielo burlándose con su infinitud.
He buscado significado en las estrellas,
Constelaciones trazadas como hilos del destino,
Pero cada estrella ha girado su cara.
Y me dejó vagando en el silencio del vacío.
¿Qué es lo que busco?
Un nombre para mi propósito,
¿Una voz para responder las preguntas en mi pecho?
O simplemente la tranquilidad de comprender
¿Eso no viene en palabras sino en quietud?
El viento habla,
Pero su lenguaje es viejo y olvidado.
Un lenguaje de piedra que se mueve bajo los pies,
Del tiempo borrando las marcas que dejamos atrás.
Quizás la respuesta no esté en el hallazgo,
Pero al caminar...
En cada paso, un despertar silencioso.
El testigo en el crepúsculo
(Ambientada en la ciudad al anochecer)
Me quedo donde las sombras se inclinan para besar las calles,
La ciudad respira, medio dormida,
Atrapado entre la luz que se desvanece del día
Y el tranquilo descenso de la noche que viene.
Miro las ventanas parpadear,
Cada cuadrado es un mundo en sí mismo,
Cada alma detrás del cristal
Envueltos en su propio desenlace.
No soy más que un observador,
El espacio entre el pensamiento y la acción,
Entre lo que se ve y lo que se sabe.
¿Pertenezco aquí, en este crepúsculo?
¿O soy simplemente un testigo?
¿Al surgimiento de verdades demasiado pesadas para soportar?
Lo veo ahora
En la forma en que la ciudad exhala,
En el suave suspiro de la noche que cae sobre los tejados.
El despertar no es un resplandor,
Pero un lento encendido,
Un silencioso giro hacia el interior
Donde incluso las estrellas olvidan su luz.
La canción del rebelde
(Ambientado en la Biblioteca Antigua)
Canto al polvo y a los libros silenciosos,
Mi voz es una espada contra su silencio.
Estos muros sólo han conocido los ecos del pasado,
El gran peso de lo que ha sido,
Pero estoy aquí para sacudirles el sueño,
Rasgar las páginas y escribir de nuevo.
No soy el guardián de sus conocimientos,
Pero un rompedor de sus cadenas.
Diré las palabras que ellos no se atrevieron a susurrar,
Enciende la cerilla contra el pergamino quebradizo.
Y verlo arder en algo
Que vive, que respira,
Que se atreve a ser más.
¿Para qué sirve el despertar?
¿Si no es rebelión?
Una rebelión contra el yo que siempre hemos conocido,
Contra el mundo que dice,
"Así es como debe ser."
Pero yo—
Escribiré un nuevo mundo en existencia,
Línea por línea,
Un manifiesto de luz y sombra entrelazadas.