Cuando el mundo se acabe

Llegaron de la nada y lo devastaron todo. Arrasaron con el planeta en busca de la energía viva para usarla como combustible para sus armas, para sus naves. La que mantiene vivo el planeta y la nuestra, la interior, la que se eleva y vibra cuando nos apasionamos, cuando nos enamoramos, cuando luchamos por nuestros sueños, durante los momentos de felicidad.

Cuatro años después de que se marchasen, y aunque estamos seguros de que regresarán, intentamos recuperarnos. Me mantenía a salvo pero mi vida se complicó hace unos días con la llegada de un hombre herido y a punto de morir. Un hombre al que conocí hace seis años.

Ahora Liam había vuelto a mi vida. El Universo volvía a hacernos coincidir, como si todos aquellos encuentros casuales del pasado hubiesen sufrido una pausa.

Pero él no era como yo creía y ahora debíamos iniciar un peligroso viaje juntos, de vuelta a nuestra antigua ciudad, para salvar lo único que nos unía.