El Castillo
Descripció de l’editorial
Cuando K llegó era noche cerrada. El pueblo estaba cubierto por una espesa capa de nieve. Del castillo2 no se podía ver nada, la niebla y la oscuridad lo rodeaban, ni siquiera el más débil rayo de luz delataba su presencia. K permaneció largo tiempo en el puente de madera que conducía desde la carretera principal al pueblo elevando su mirada hacia un vacío aparente.
Ressenyes del públic
Lo kafkiano
Desde las primeras líneas,Kafka logra trasmitir la posible existencia de una confusión realidad-sueño. La forma de hablar de los personajes e interactuar con K.,le acaban de conocer, pero, a la vez, parece que le conocieran de toda la vida; el constante anhelo de K. por la consecución de un objetivo, que siendo muy lógico, pues era para lo que se le había contratado, se convierte en obsesivo para K.(o quizás sería mejor decir, “se lo convierten”) logrando parecer “absurdo” e inalcanzable por un entorno que aunque envuelto “en buenas formas”, se muestra desde el principio hostil, o cuando menos despreciativo con K.;hostilidad o desprecio que, por otra parte, también muestra K. con ese entorno al que acaba de llegar y que no parece una retroalimentación, sino que K. “es así” y a lo mejor es él con su comportamiento el que genera un “mal clima” para con él.
Por todo esto hablaba de una sensación onírica... o quizás todo es fruto de la “realidad kafkiana”, esa que como sucede también en “El proceso” hace que el individuo esté a merced de una tela de araña burocrática sobredimensionada, y que no es más que una metáfora de ese “castillo” (meta, fin)) con respecto al que el individuo tiene la sensación de estar muy cercano, pero justo desde ese mismo instante en el que siente la cercanía al “objetivo”, empieza a sentir lejanía, imposibilidad...y se acaba convirtiendo meramente en un “muro” que impide la realización personal, la felicidad.