La montaña del origen

La montaña del origen, incurre en el relato de viaje a la manera de los narradores del Renacimiento y el Siglo de Oro (Rabelais, Cervantes, etc.), es decir, el viaje ficticio a un lugar imaginario.

Una expedición arqueo-antropológica busca en el Sudeste Asiático, una montaña mencionada en la inscripción de una pieza de alfarería. Dirige y narra un antropólogo que ha ganado un premio de investigación con un trabajo donde se postula la existencia actual de ese espacio sagrado donde un hombre crea vida. El premio está patrocinado por una Fundación de una multinacional japonesa de la industria electrónica y automotriz, la Takajuta Co.

Una multinacional japonesa de la industria electrónica, la Takajuta Co, financia la expedición de un antropólogo español y cinco guardaespaldas japoneses al mando de un jefe de seguridad también nipón, buscan en Asia sudoriental una Montaña del Origen, mencionada en un cacharro de alfarería. Para llegar hasta allí atraviesan tres países disímiles.

El Señor Takajuta, poderoso empresario, ha impuesto al antropólogo ese equipo de seguridad por razones que el narrador sólo comprenderá más tarde.

La más alta dignidad y autoridad religiosa de la Montaña del Origen es un monje enorme y de gordura descomunal, Long Rock Yin, que reina sobre un colegio de dos mil setecientos monjes sedentes; que se pasan la vida entera en posición de Buda (sentado), y sobre una comunidad multitudinaria de monjes trabajadores. Long Rock Yin, cuya divinidad sedente ocupa la cima del monte, tiene triple naturaleza: es Madre de Todo (diosa), Es humano, y es madre de aves, porque aprovecha sedentarismo y su descomunal gordura, para incubar entre sus rollos de grasas, michelines, y formas blandas de sus piernas,  cuatrocientos cuarenta huevos de pato por nidada, cuyos polluelos resultantes recibirán, a medida que desciendan la montaña, las atenciones de los otros monjes sedentes, y de los trabajadores (de pie y casi siempre corriendo). Hasta que, en la base de la montaña, completado el descenso y el ciclo de la cría, terminan en los mataderos y restaurantes.

La abstracción simbólica se sustenta en la acción multitudinaria, en escala asiática, con frecuencia violenta. Sobre el telón de fondo de una construcción hierática, metafísica, se desarrolla una trama dramática con personajes cuyas vidas y deseos transparentes subrayan la consistencia, estabilidad y solidez de una estructura sedimentada por siglos de administración mítico religiosa. La novela de vivo ritmo trágico, comporta tres diversos modelos socio políticos asiáticos: una cultura étnica en el extremo límite de la economía de subsistencia; una civilización itinerante, de quita y pon, articulada en la gran productividad de su industria electrónica, y una teocracia inmutable regida por un dios encarnado y una estructura sacerdotal que vela por la conservación del equilibrio y la continuidad de la vida universal.