Aguacates en la maleta

La historia que aquí se cuenta, nos permitirá volar cientos de kilómetros, sin movernos de nuestro asiento; conocer y ver con los ojos de la imaginación un sin fin de lugares del variopinto México. Un camino que nos transportará a través de maizales, cañaverales, aguacateros, a uno de sus estados más emblemáticos: Jalisco, conocido en el mundo entero por los mariachis, las rancheras y el tequila.

Nos encantarán los nombres de sus pueblos, las palabras melosas, diminutivos cariñosos, hijito, carreterita, cerquita...Verbos con doble sentido, aunque suenen por igual, caminos vetustos, plazas invitando al reposo, templos arcaicos de estructuras peculiares y puestos callejeros de tacos y tortillas de maíz.
Penetraremos en su mundo y disfrutaremos de las vivencias, del amor de dos seres tan diferentes por fuera, pero no tanto por dentro.

Un italiano y una cántabra, cuyos destinos se juntan en Madrid, permitiendo que el amor traspase las fronteras, según el dicho que aquí se hace real.

Nos sumergiremos en una cocina de mil colores ; sabores dulces y picosos , como el amigo mexicano, que más tarde irrumpirá en sus vidas, denomina a los chiles jalapeños , empleando frases prolongadas plenas de musicalidad; y los cariñosos, chamaquitooooo , vaquitaaaa, carreteritaaaaaa...

Expresiones dulces que suavizan los entornos que en ocasiones no lo son tanto.