Macbeth
Descrizione dell’editore
Muy dudosa: como dos
nadadores extenuados que se agarran
e impiden su destreza. El cruel Macdonald
(que bien merece el nombre de rebelde
y para ello acapara sobre sí
todo un enjambre de infamias) recibió
de las Islas del Oeste soldadesca irlandesa,
y la Fortuna, sonriendo a su ruin causa,
parecía la puta de un rebelde. Mas todo en vano:
el bravo Macbeth (pues es digno de tal nombre),
despreciando a la Fortuna y blandiendo
un acero que humeaba de muertes sangrientas,
cual favorito del Valor se abrió camino
hasta afrontar al infame
y, sin mediar adiós ni despedida,
lo descosió del ombligo a las mandíbulas
y plantó su cabeza en las almenas.