La chica de los gorros

¿Qué sucedería si no fueras el protagonista de tu propia historia? Eso es lo que vive Joaquín Blanco, su día a día, y no puedes imaginar cómo, debido a esto, se siente lo que llama su vida.

            Sin embargo, lo que más le duele no es eso, sino saber que su mejor amiga, Vanessa Herrera, la razón de su existir, el centro de su universo, su todo, nunca se fijará en él porque son de mundos diferentes.

Y, por ello, están destinados a no ser.

            Al menos, eso es lo que él se repite. Lo que se intenta grabar en la cabeza. Lo que se dice a sí mismo una y otra vez mientras la escucha hablar tan ilusionada de Moisés Gómez, el chico más tonto del salón pero que, para su pesar, es quien tiene ganado el corazón de Vanessa.

            Y… es que Joaquín sabe que él nunca será suficiente para ella. ¡Ni siquiera puede hablar con él en público porque la creerían loca! ¿Cómo va a pensar que tendrá una relación con él? Es decir… no puede hablar de él con nadie, aunque, irónicamente tampoco puede negarlo frente a otras personas, porque de lo contrario desaparecerá…

            Porque el caso es que Joaquín Blanco tiene un secreto… Pero Vanessa… también tiene uno. Y eso es algo que los une, ¿no?

            (O puede terminar siendo, Joaquín se dio cuenta, lo que los separaría definitivamente y para siempre.)