¿Los Hábitos hacen al monje?
Descripción editorial
Durante un intercambio de cartas que tuvo lugar entre el extinto Ananda K. Coomaraswamy y quien esto escribe, durante los años de la guerra, en una ocasión, la discusión giró sobre la cuestión de la vestimenta tradicional y su descuido, tema que con frecuencia ocupara mi mente en el curso de diversos viajes por las fronteras himaláyicas. Convinimos en que esta cuestión era de importancia crucial en la época actual, una piedra de toque por la que podría juzgarse mucho más. El doctor Coomaraswamy (que de aquí en adelante se mencionará, por lo común, simplemente con las iniciales A.K.C.), me informó luego que su primera publicación sobre un tema ajeno a la geología se refirió precisamente a esta cuestión de la vestimenta; el artículo mencionado llevaba el título de «Plumas Prestadas» (Kandy, 1905) y se puso de manifiesto por la indignación de su autor ante un incidente humillante del que fuera testigo estando en un remoto distrito de Ceilán. Me sugirió que yo podría algún día tratar el mismo tema más detalladamente; la oportunidad de satisfacer sus deseos se me presentó al pedírseme que sumase mi tributo personal a un simposio mundial honrando el sexagésimo cumpleaños de aquel príncipe de los eruditos, cuya extraordinaria penetración lo convirtiera en calificado intérprete y campeón del concepto tradicional de la vida no sólo en la India sino también en todas partes. Por lo tanto, todo lo que me quedó fue aplicar al tema escogido aquel método dialéctico, tan típicamente hindú, con el cual el mismo A.K.C. nos familiarizara en sus últimas obras: vale decir, la cuestión en debate debía primero presentarse bajo su aspecto más intelectual, conectándola con principios universales; después de esto era posible, mediante un proceso deductivo, demostrar los desarrollos a que se prestaban aquellos principios en diversas contingencias; hasta que finalmente su aplicación pudiese extenderse, según los requerimientos, al campo de la acción humana, ya sea haciendo o deshaciendo. En todo el decurso de este capítulo se apelará a la autoridad paralela de las tradiciones hindúes e islámicas, pues son las únicas que, entre sí, comparten el escenario de la India; tal referencia tiende, en primer término, a constituirse en garantía de la autenticidad tradicional, y contra una expresión meramente humana, personal y privada de opinión por parte del autor.