Poesía para el chico de ojos lindos
Descripción editorial
A veces intentas convertirte en ti mismo, pero las personas que te rodean se creen tan los protagonistas de tu historia que no te lo permiten; te fuerzan a ser alguien más, sin importar cuán infeliz y vacío te sientas al fingirlo.
A veces, volverte tú mismo es la cosa más difícil del mundo (aunque también la que más quieres), y no es así simplemente porque es complicado encontrar todas las cosas que necesitas para exteriorizar el tú real, sino también por la reacción del contexto ante ello, como si dicha reacción fuera más importante que, ya sabes, el punto de toda la revelación: el hecho de que te aceptaste, y quieres que esa persona comience a vivir, a ser libre y, en resumen, para que sea una realidad compartida y no alguien que únicamente tú ves todos los días ante el espejo.
A veces, a pesar de que lo que eres no está claro para otras personas, debido a cómo luces, sigues siendo tú, porque esa es la cuestión en sí: que tú eres tú, que eso no va a cambiar sin importar si otros lo ven, si lo aceptan o lo que piensen sobre ello.
Así que… ¿qué haces al respecto?
Exacto: lo ignoras y sigues siendo tú mismo.
O, bueno, eso intentas hacer…
O, al menos, hasta que alguien te mata en el camino.