Máximo Nivel

Las palabras mejora, optimización, eficiencia o exactitud, nos recuerdan imágenes y términos que comúnmente encontramos en profesiones muy técnicas o de alto desempeño, precisión y competitividad, donde un pequeño error o segundo de retraso pueden significar un gran fracaso.

Quizá por esta razón, el título "Máximo nivel, completo desarrollo y excelencia" podría parecer a primera vista, y para algunas personas, un tanto pretencioso. Nada más alejado de la realidad.

Las palabras de Jesús siguen y seguirán desafiando a las generaciones a una entrega total.
El mismo Jesús, que perdonó al ladrón en sus últimos segundos de vida diciéndole: "Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23.43), es el que nos dice a nosotros hoy "Sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto" (Mateo 5.48).
Este llamado a la perfección, a rendir al máximo y ser excelentes, nos genera dificultades porque todos entendemos que no somos perfectos. Y aún es peor para aquellos que han transitado por ámbitos en donde la religiosidad y el legalismo permanecen disfrazados de espiritualidad, confundiendo ser perfectos con ser perfeccionistas, como los fariseos que "colaban el mosquito y tragaban el camello" (Mateo 23:24).