Cuentos del Purgatorio

Dickens ensalzaría la forma como este autor describe a sus personajes Por Luís Zalamen Borda La fascinación es el elemento clave que estimula al escritor a emprender un viaje de exploración y descubrimiento. De ese punto de partida, la pericia, la sensibilidad y el subconsciente del creador plasma en el arte, con inigualable estilo propio, personajes y trama, ambiente y mensaje, cualquiera que ésta sea. En el cuento, determina situación o confilicto supedita a los demás componentes. Por eso hay que ceñirse a una estructura básica de imaginación y virtuosismo. Muchos cuentistas y novelistas han creado su propio mundo íntimo. Así nacieron el Condado de Yoknapatawph de William Faulkier, el Macondo de García Márquez, el Gibbville de Jhon O´Hara y otros tantos territorios de la fantasía. Ahora ingresa al mapamundi de la nostalgía el poblacho de Purgatorio, nombre literario que cobija el prosaico y demasiado real de Zambrano, puerto del Bajo Magdalena, donde nació y creció el autor de estos alucinantes cuentos, Rafael Vega Jácome. El mismísimo Dickens ensalzaría la forma como Rafael Vega describa a los personajes purgatureños a través de sus nombres.