El Hombre y el Mundo
Descripción editorial
El hombre nace en este mundo con dos tendencias —vidya, que es la tendencia a buscar el sendero de la liberación, y avidya, que es la inclinación a la mundanalidad y la esclavitud—. Cuando nace, ambas tendencias están, por así decirlo, en equilibrio, como los dos platillos de una balanza. El mundo pone sus goces y placeres en un platillo, y el Espíritu su atracción en el otro. Si la mente elige el mundo, el platillo de avidya se torna pesado y el hombre es atraído hacia la tierra; pero, si elige el Espíritu, el platillo de vidya se hace más pesado y lo eleva a Dios.
Conoce al Uno y conocerás el todo. Colocando ceros después del uno, se obtienen valores de cientos y miles, pero si se borra el uno, los ceros pierden todo valor. La multiplicidad tiene valor a causa de lo Uno. Primero lo Uno y después lo múltiple. Primero Dios y después los “yivas” y “yagat” (las criaturas y el mundo).