50 mujeres españolas extraordinarias

Este libro contiene las historias de 50 Mujeres Españolas Extraordinarias que, por su carácter y esfuerzo, fueron capaces de realizar hechos y hazañas poco o nada conocidas y mucho menos recordadas.

La Historia de España ha sido escrita por y para los hombres, olvidando, e incluso vilipendiando, a aquellas mujeres que rompieron moldes, realizaron gestas o trabajos que la sociedad asignaba a los hombres y se rebelaron contra las normas y costumbres sociales de la época en la que les tocó vivir.

A pesar de ello, algunas pocas, muy pocas, están en la historia, aunque su memoria esté totalmente perdida, o casi.

El grupo lo componen mujeres que en el siglo IV viajaron a los confines del mundo conocido; fueron reinas como Urraca I de Castilla, Berenguela; luchadoras como la Dama de Arintero, Inés Suárez, María la Bailaora y la monja alférez; defensoras de los derechos de mujeres como Teresa de Cartagena, María de Zayas; la primera y, hasta ahora, única almirante de la Armada Española, la única mujer Virrey en la historia; la primera mujer que descendió sola el curso del río Amazonas de los Andes peruanos hasta su desembocadura para reunirse con su marido después de 20 años separados; los primeras universitarias y doctoras, periodistas, locutoras de radio, diputadas en Cortes, ministras del Gobierno de España, aviadoras, ingenieras y arquitectas, olímpicas, caídas en combate en Afganistán o impulsoras de las ciencias españolas.

Además de la mujer cuya vida es un cuento de hadas, Anita Delgado, que pasó de cantar en un café madrileño a principios del siglo XX a ser S.A. Maharaní Prem Kaur de Kapurthala.

Sin olvidar a la Duquesa de La Victoria, María del Carmen Angoloti, la Dama de Sanidad Militar que, por orden de la reina Victoria Eugenia, acudió con un grupo pequeño de mujeres a cuidar de los heridos en Melilla hace ahora un siglo. Aquella mujer de la que se puede leer en el Diario Sesiones de Cortes, Congreso de Diputados, del día 27 de octubre de 1921, las palabras del diputado del PSOE, Sr. Prieto “…Sin embargo conozco en esta guerra un heroísmo ante el cual me hincaría de rodillas, y es el de unas damas que, sea cual fuere su alcurnia, una conciencia honrada como la mía no puede pasar en silencio. Me refiero a ese grupo pequeño, diminuto, ínfimo, capitaneado por esa heroína que se llama Duquesa de la Victoria. Es el único heroísmo español del cual he sido testigo, el único que me siento con valor para exaltar aquí; pero con la exaltación tiene que ir la honda lamentación, entre lágrimas, de que sea un puñado tan escaso, cinco, seis, ocho mujeres, las que andan atendiendo a los heridos, clavando los féretros, amortajando los cadáveres. …”