La enfermedad
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Le ofrecemos esta edición de Portavoz de la Gracia cuyo tema es “La enfermedad”. J. C. Ryle presenta este importante tema declarando que la enfermedad es universal, y explica por qué. Luego Arthur W. Pink describe al don de la salud como un bien inapreciable. Philip B. Power nos dice cómo aplicar a nuestra enfermedad las maravillosas consolaciones de Dios en Cristo. ¿Usa usted sabiamente el tiempo cuando está enfermo? Thomas Boston nos da las razones bíblicas para qué y por qué hacerlo. Christopher Bogosh, autor contemporáneo, llama a los cristianos a replantear nuestro concepto de la medicina moderna. Nos explica cómo usar el medicamento de Dios: la oración. En un artículo realmente sugestivo, John D. Wells, revela por qué el lecho del enfermo no es favorable para encontrar la vida eterna. Luego, el puritano George Swinnock nos recuerda nuestro deber bíblico de visitar y ministrar a los enfermos: ¡no es el deber solo del pastor sino una acción que Cristo mencionará para todos en el Día del Juicio! En un segundo artículo, Ryle hace preguntas difíciles y apela fuertemente a nuestra conciencia respecto de los deberes bíblicos que nos corresponden a fin de ayudarnos a estar preparados para honrar a Cristo, examinarnos a nosotros mismos ante Cristo y a tener comunión con él en nuestros tiempos de enfermedad. Por último, en mi opinión, ningún escritor sin inspiración incorpora la dulzura de Cristo al tema de la enfermedad con tanta belleza como Charles Spurgeon. Y nos exhorta diciendo: “Si Jesús te ama y estás enfermo, deja que todo el mundo vea cómo glorificar a Dios con tu enfermedad”. ¿Lo creemos? De hecho, Dios usa la enfermedad para bien del perdido y en su pueblo para su gloria. Cristo ama a su pueblo, especialmente en sus tiempos de enfermedad. Oramos que durante este tiempo extraordinario de padecimiento en nuestro mundo, encuentre usted en este PORTAVOZ una guía bíblica y segura que lo lleve al arrepentimiento y para honrar a Cristo en nuestros tiempos de enfermedad. ¡Sea su lecho de enfermo un lugar santo de comunión con Jesucristo el Gran Médico! Él cura también la enfermedad del pecado.