La Videoconferencia Judicial como instrumento real de prueba en el proceso penal

La utilización de la videoconferencia como recurso en nuestras salas de juicio, al inicio, se presentaba como algo novedoso. No obstante, entre los diferentes operadores del sistema se observaba con mucho recelo. Su implementación se atacaba más que nada por razones ideológicas relacionadas con la incorporación de un sistema procesal adversarial. Eso repercutía directamente en la negativa de visualizar el futuro del Derecho Procesal Penal que hoy es la punta de lanza para el cambio en todo nuestro sistema Judicial costarricense.

Si en el año 2006 no se hubiese introducido el tema de la oralidad, posiblemente en el ejercicio de mi carrera profesional todavía estaría pensando únicamente en los chats de palabras o en simples correos electrónicos para la comunicación institucional. Pero los principios de la oralidad constituyen una ventana abierta que permite dar el salto cualitativo para avanzar en la aplicación de la videoconferencia como medio legal y veraz para recoger la prueba testimonial en el juicio.

Para medir los logros hasta ahora alcanzados, resulta apropiado recordar los cambios tecnológicos ocurridos. El paso de simples chats a correos electrónicos masivos y a redes judiciales de trabajo, constituyó el cambio significativo que permitió introducir en el proceso penal, el vídeo, el audio y los datos en un sólo canal de información. De manera que el juez ahora puede valorar su contenido para resolver un conflicto humano.

Estas herramientas constituyen un cambio que viene a reforzar la credibilidad del Poder Judicial ya que contribuyen a la transparencia en el cumplimiento de las funciones y a la democratización de los procesos humanos. Estas condiciones son de importancia fundamental para fortalecer la estructura estatal de Administración de Justicia en todas las materias. 

Por otra parte, existe información jurisprudencial, administrativa y normativa internacional que explica con rigor lo que representa el cambio estructural que impone el ritmo de la videoconferencia en los juicios.


Simón A. Angulo A