El secreto que Prometeo no se robó. No es el fuego sino la energía que lleva dentro

Rebe cuestiona a Leo sobre quien es Fernanda y él termina confesándole que es una amiga que conoció en París y que ya llegó a vivir a México. Cuando Fernanda llega le trae de regalo a Leo un libro sobre Prometeo Encadenado. Rebe y Tania están alertas para acompañar a Leo cuando hace de guía de turistas para Fernanda. Durante el recorrido que realizan por la ciudad en un turibús, sale el tema de Prometeo y Ausencio no deja ir la ocasión de hablar de la máquina térmica. El tema no es de particular interés de ninguno, pero es mejor que el silencio tenso que se produce cuando Ausencio se calla. El autobús hace una parada en Ciudad Universitaria donde hay una exposición sobre energía a la que Ausencio los conduce. Ahí se habla del calor como otra forma de energía y de cómo emplearlo para producir trabajo. A lo largo del paseo Fernanda se la pasa coqueteando con Leo, pero Rebe aconsejada por Tania no muestra enojo. Cuando se despiden, Fernanda lamenta no estar en la escuela con ellos para verlos más frecuentemente. Ausencio le sugiere que se apunte a cursos de idiomas. Con el imaginable disgusto de Tania y Rebe, Fernanda acepta asistir a clases de francés para no olvidarlo.